Esta semana me ha llamado la atención el eco dado por la prensa española al pollo montado por el mal llamado Club de Fumadores por la Tolerancia en reacción al anuncio por parte de la Organisación Mundial de la Salud de que buscan empleados no fumadores.
Como lo demuestra un documento interno de la empresa de comunicación Burson-Marsteller (los mismos que trabajaron en defensa de las dictaduras argentina y birmana, de Union Carbide después de la explosión de su fábrica en Bhopal, entre muchos otros clientes poco recomendables), el mal llamado Club de Fumadores por la Tolerancia es un montaje de Philip Morris, el fabricante de las Marlboro y de otras marcas. Según el documento la estrategía de Burson-Marsteller para Philip Morris incluye enrollar a través de aquel club a "celebridades" y periodistas. Esta semana, hemos visto que algunos estan mordiendo al anzuelo...
No entiendo muy bien todo este revuelo por el anuncio de la OMS. Equivale a escandalizarse si algún día el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente recordase a sus empleados que no deben irse a cazar elefantes los fines de semana.
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