Generación 2.0

Siempre que presencio un concierto de rock multitudinario, tengo la impresión que esta especie de comunión mutua del público y de los artistas debe tener un parecido con lo que sentían en la Edad Media los peregrinos cuando llegaban a sus destinos.

Ayer por la noche, yo tuve la suerte de presenciar y disfrutar del concierto de Miguel Ríos en la Sierra de Gredos. Creo que Miguel sería una especie de arzobispo o de nuncio si el rock & roll fuese una religión.

Estaba también allí Xavier Pastor (ahora Director de Oceana), lo cual nos dio ocasión de rememorar los viejos tiempos de los principios de Greenpeace-España hace 25 años. No hace falta tener una memoria de elefante para recordar el papel y la dedicación de Xavier durante los primeros 15 años de Greenpeace-España.

Más discreto, pero no menos importante fue el apoyo de Miguel Ríos desde los comienzos de Greenpeace-España, especialmente sus esfuerzos, con sus amigos, para sacar un disco que sirvio para financiar y lanzar la primera campaña de Greenpeace en el Mediterraneo en 1986. Si no fuese por Miguel and Friends, el Mediterraneo sería un poco más enfermo aún.

Miguel dijo que la que arrancó ayer seria su última gira, pero después de verle actuar non stop durante casi tres horas es dificil creerlo. Aunque con la participación de representantes de la nueva generación de rockeros españoles presentes con él en el escenario, el recital de ayer evocaba la entrega y toma de relevo.

De alguna manera, la Generación 2.0 del rock y la 2.0 del activismo ecologista tienen problemas parecidos: a ambas se les quedan obsoletos vectores convencionales para llegar al público, vease por un lado los discos y por el otro la protesta.

Evidentemente, las oenegés tendrán siempre un nicho como watchdog (perros guardian) de los derechos humanos, de los derechos ambientales, la salud pública, la acción humanitaria, etc. Pero no podemos ladrar con el lenguaje de siempre en el mundo de hoy dónde el mismísimo Secretario General de las Naciones Unidas habla y actua casi como un activista. También es difícil que las photo opportunities tradicionales surten efecto en un mundo dónde las revoluciones prenden a golpe de teléfonos moviles y de Facebook.

[Hablo de lenguaje de siempre o de photo'ops tradicionales, pero esto era totalmente novedoso cuando empezamos a desarrollar, en los primeros tiempos de Greenpeace hace poco más de 30 años, una nueva manera de hacer politica. Del mismo modo que gente como Miguel inventaron nuevos sonidos, nuevas maneras de hacer música.]

Cada uno a su manera, musicos y activistas son agitadores. La Generación 2.0 de ambos colectivos deberían hablarse para buscar soluciones juntos para los nuevos tiempos de difusión horizontal. Como lo hicimos con Miguel en otros tiempos, los miembros de la Generación 1.0.

Ayer, Miguel cantó Antinuclear, una canción que él escribió al principio de los años 80. Yo quise averiguar pues qué proporción de energía nuclear y de renovables se mandó a la Red ayer, mientras Miguel tocaba: consta en la estupenda web de Red Eléctrica que el Sábado salieron a la Red 693.227 MWh, de los cuales sólo 131.506 eran de origén nuclear contra 209.537 de origén renovable (solar, eólica, hidráulica), de los cuales España exportó 32.467 MWh a países vecinos. La [r]evolución está en marcha.