Escribo esto desde el Valle del Tietar, catalogado como punto caliente de biodiversidad (biodiversity hotspot), y bajo las amenazas que describo a continuación.
El 20 de Mayo, advertimos en este Blog que todo era mentira cuando Esperanza Aguirre, la Presidenta de la Comunidad de Madrid prometía respetar el medio ambiente y la naturaleza con las obras de desdoblamiento de la carretera M-501, también conocida como Carretera de los Pantanos.
Como recordamos entonces, un informe del Consejo Superior de Investigación Científicas advierte del daño irreversible que supondría para la biodiversidad la transformación de esta carretera en autovía en una zona de alto valor ecológico clasificada Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA).
Pues bien, hace un par de días, Aguirre anunció que pretende prescindir de la obligación de llevar a cabo un estudio de impacto ambiental. Bajo el pretexto de que se trata de una obra “de interés público”. ¿Qué quiere decir esto? Como se supone que los cargos electos actúan siempre por el interés público (cuando no es así se enfrentan a los tribunales, ¿no?), esto equivale a decir que todas las obras públicas pueden ser exentas de estudio de impacto ambiental. O – lo que es lo mismo – la señora Aguirre dice “tengo las manos atadas, porque tengo que pagar mi deuda contraída con el sector de la construcción que me ha puesto en el cargo”.
Unos días antes, la misma Aguirre habló de una especie de pacto de caballeros con los alcaldes de la zona, para frenar el desarrollo urbanístico de manera voluntaria pese a lo que va suponer la creación de la autovía. ¡Sinvergüenza! Solo hay que pasarse por algunos pueblos de la zona para constatar que estos alcaldes no tienen criterio. Cualquier cosa les vale, mientras hay dinero por medio. Además, ¿cómo se atreve esta señora hablar de pacto voluntario cuando ella es la primera en dar el mal ejemplo saltándose el estudio de impacto ambiental?
Es bien conocido que en la zona afectada actúan en la impunidad unos alcaldes irresponsables, culpables de continuos atropellos medio-ambientales y urbanísticos, donde se mezclan intereses privados (muchos de ellos son los dueños de bares, tiendas o son traficantes de ladrillos) con el populismo más rancio y un clientelismo de otros tiempos.
Leo que las principales organizaciones ecologistas españolas (WWF-Adena, Greenpeace, Ecologistas en Acción y SEO/Birdlife) han tomado cartas en el asunto. Es importante, porque en esta zona impera una chapa de plomo de otros tiempos, que dificulta cualquier debate sensato.
Nos queda una esperanza (digamos, un rayo de luz, porque la palabra esperanza esta muy contaminada en este asunto): ¿esta cavando Aguirre su propia tumba con esta última torpeza? En un mundo racional donde se respetan la ciencia y la sostenibilidad, saltarse la ley de impacto ambiental le debería costar el cargo (sin hablar de responsabilidad penal). ¿Esta Aguirre regalando en bandeja, a quienes defienden no solo la naturaleza pero también el Estado de Derecho, la oportunidad de una clave de judo político? (El Judo consiste en hacer caer tu adversario aprovechando sus propios errores, aunque tú seas el más débil; este arte marcial es clave en política; amenudo ganan lo judokas politicos pese a la arrogancia de quienes, Aguirre por ejemplo, practican el boxeo político).
La última jugada de Aguirre es muy mala. ¡A por ella!
[Cerrare con un consejo para mis amigos ecologistas: leo en la prensa que se mezcla la actuación de Aguirre aquí descrita, con la del Alcalde de Madrid Alberto Ruiz Gallardon con la ampliación de la M-30. No quiero entrar a valorar éste otro tema que yo conozco sólo de oídas; creo solamente que no se puede comparar una intervención en medio de la capital – sea cual sea -- con una intervención de carácter irreversible en medio natural (la extinción de una especie, la destrucción de los hábitats, son para siempre). Pero – sobre todo – no me parece oportuno tácticamente, porque lo que van a conseguir metiendo los dos temas en el mismo saco, es que Gallardon y Aguirre “hagan piña” (y eso a pesar de que cuando él ocupó el puesto actual de Aguirre, Gallardon se enfrentó como Presidente de la Comunidad a los intereses especulativos parando la ampliación de la carretera de los Pantanos que ahora Aguirre quiere acometer a toda costa).]
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