Esta mañana, rellené mi solicitud para ser socio de la Sociedad Geográfica Española.
Fue después de acompañar todo el día de ayer a Sylvia Earle que recibió el Premio Internacional de la Sociedad Geográfica.
Después de dejar a Sylvia anoche en su hotel, en el taxí estuve pensando que no todos los días puede uno coincidir en un mismo lugar con personas tan excepcionales como las que la Sociedad Geográfica congregó.
Dentro de su diversidad, los premiados de ayer formaban un grupo coherente.
Eran todas personas con inquietudes; personas ambiciosas en el sentido noble de la palabra.
Gente que saben que la vida es demasiado corta por desperdiciarla.
Gente con tanta pasión que no necesitan asesor de imagén para comunicar y contagiarla.
Me gustó.
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